Festivales con niños, la tendencia infantil del verano

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Los padres más jóvenes no están dispuestos a renunciar a los directos de sus grupos favoritos. La cultura millenial, que pasa el verano de festival en festival, tienda de campaña en mano, incluye a los más pequeños en sus planes: los festivales también son para niños y sus organizadores empiezan a darse cuenta. Compartir con los hijos la experiencia musical que supone pasar varios días en un festival es una de las tendencias infantiles del año. Por ello, dichos eventos están comenzando a incorporar una programación o espacio infantil para que los niños disfruten con conciertos que les diviertan igual que a sus padres.

En España, el Resurrection Fest cuenta con ResuKids, pensado para que los niños con edades comprendidas entre los 3 y los 12 años aprendan disfrutando y que descubran o reafirmen aficiones que tienen en común con sus padres. Otro ejemplo lo encontramos en el Rototom, que incorpora su área especial «Magicomundo», que permite que toda la familia interactúe con su propuesta musical. Sonorama, DCODE, L’Acústica e Iboga son otros de los festivales adaptados con espacios infantiles.

Espacios efectivos para las marcas

Cuando hablamos de familias de hoy hablamos de padres millenials. Una generación que ha crecido con los avances digitales, pero que también conoce el mundo analógico. Las estrategias del marketing familiar y adolescente están acercándose de manera progresiva a esta modernidad, adaptando sus campañas a una nueva realidad, al brand experience.

Los festivales también constituyen espacios idóneos para que marcas y audiencias interactuen. Al tratarse de experiencias multisensoriales, resultan atractivas para el brand experience: las marcas que aparecen en el evento musical son más fáciles de permanecer en el recuerdo, ya que han formado parte de una vivencia familiar inolvidable.

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Por eso en TMKF decimos que aunque una imagen vale más que mil palabras, una experiencia vale más que mil imágenes. Porque las experiencias ponen en marcha las emociones y complejos mecanismos del cerebro humano que hacen más perdurable y valioso nuestro impacto.

Moldear estrategias según la generación a la que nos dirigimos se alza como uno de nuestros principales objetivos. Es esencial reconocer que las marcas son emociones, sentimientos capaces de generar todo tipo de estímulos hasta lograr que el consumidor se sienta plenamente involucrado y protagonista.

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